SESION 7 /¿CÓMO PUEDO SER LIDER Y EMPRENDEDOR EN MI TRABAJO?

“EL LIDERAZGO Y EMPRENDIMIENTO COMO MOTORES DE PROGRESO”

OBJETIVO

Fomentar en los participantes; la importancia del liderazgo y el emprendimiento en el trabajo informal como herramienta para el avance y mejoramiento de las condiciones laborales y de vida del trabajador, su gremio y su familia.

El emprendimiento cobra hoy inusitada importancia por el anhelo de muchos de lograr su independencia y estabilidad económica. Los altos niveles de desempleo y la baja calidad de los empleos existentes han creado en las personas la necesidad de generar sus propios recursos, de iniciar sus propios negocios, de pasar de empleados a ser empleadores. Todo esto sólo es posible, por supuesto, si se tiene un espíritu emprendedor. Se requiere gran determinación para renunciar a la “estabilidad” económica que ofrece un empleo y aventurarse a ser empresario, más aún si se tiene en cuenta que los ingresos del empresario son inciertos; porque el asalariado mensualmente tiene asegurado un ingreso que aunque mínimo, le permite sobrevivir.

En muchos países (casi todos los países latinoamericanos) la única opción que tiene alguien de obtener un ingreso decente es desarrollando un proyecto propio. Los niveles de desempleo rondan el 15% (BID, 2007) en gran parte de nuestras economías, por lo cual es urgente buscar alternativas de generación de empleo que permitan mejorar la calidad de vida de la población.

Es así que el emprendimiento es la salvación de muchas familias, en la medida en que les permite desarrollar proyectos productivos para generar sus propios recursos, y con ello mejorar su calidad de vida. En la academia la mentalidad emprendedora no debe ser vista sólo como un requisito de formación, sino como una actitud que se refleje en todas y cada una de las actividades que desarrolla el estudiante tanto en lo personal como en lo familiar y emocional, y por supuesto en el campo de las competencias laborales como proyecto de vida. Sólo mediante el emprendimiento se podrá salir triunfador en situaciones de crisis, pues no siempre se puede contar con un Gobierno protector presto a ofrecer ayuda para superarla. El emprendimiento es el mejor camino para crecer económicamente, para ser independientes y para tener una calidad de vida acorde con nuestras expectativas, lo cual implica desarrollar una cultura del emprendimiento encaminada a vencer la resistencia a dejar de ser dependientes.

En Colombia, cuando el Dane publica las estadísticas sobre el empleo surgen voces de protesta por los altos índices de subempleo o informalidad de la población laboral, y todas coinciden en que el problema es de extrema gravedad. Ser informal en Colombia significa dedicarse al “rebusque”, ganarse la vida con su propio “negocito” callejero. Los vendedores informales tienen la semilla del emprendimiento, del empresario, sólo que por diversos motivos no lo ha podido fructificar. Ello es algo supremamente positivo. En efecto, un vendedor ambulante es un pequeño empresario con la habilidad y determinación suficientes para obtener sus ingresos sin ser asalariado, lo cual en nuestro medio es algo muy placible. Muchos trabajadores informales no cambiarían su oficio por un trabajo formal en una empresa, porque a pesar de ser informales obtienen ingresos aceptables, tienen libertad para implementar sus ideas, etc. Por tanto, lo que muchos consideran negativo es un gran potencial de generación de empresas, oportunidades y empleos.

Es propio de un emprendedor convertir algo negativo en positivo, trocar un problema en una solución, y es precisamente lo que hacen a diario los millones de colombianos que se rebuscan en la informalidad.

Tal vez sea hora de mirar con otros ojos a nuestros trabajadores informales: no como un problema, sino como una solución y un ejemplo a seguir. Así las cosas, la actual crisis que se está experimentando a nivel global no puede ser una excusa para no emprender. Si bien es cierto que en estas situaciones mucha gente y empresas se vuelven conservadoras a la hora de gastar o de invertir, no se puede argüir la crisis como excusa para no iniciar nuevos proyectos de emprendimiento.

Precisamente son las crisis las despiertan la capacidad innovadora del emprendedor para buscar alternativas de solución a los problemas que las originaron y a los problemas nuevos causados por ellas.

La cultura del emprendimiento es una manera de pensar y actuar orientada hacia la creación de riqueza a través del aprovechamiento de oportunidades, del desarrollo de una visión global, de un liderazgo equilibrado y de la gestión de un riesgo calculado, cuyo resultado es la creación de valor que beneficia a los emprendedores, la empresa, la economía y la sociedad.

Esto significa que hay que consolidar un conjunto de valores, creencias, ideologías, hábitos, costumbres y normas que conduzcan a las personas a ser emprendedoras; para esto es preciso la formación de competencias básicas laborales, ciudadanas y empresariales dentro del sistema educativo formal y no formal y su articulación con el sector productivo.

Es necesario tener en cuenta los siguientes principios básicos para fortalecer el emprendimiento:

  1. Formación integral en aspectos y valores como el desarrollo integral del ser humano y su comunidad, autoestima, autonomía, sentido de pertenencia a la comunidad, trabajo en equipo, solidaridad, asociatividad, desarrollo del gusto por la innovación, el estímulo a la investigación y el aprendizaje permanente.
  1. Fortalecimiento de procesos de trabajo asociativo y en equipo, en torno a proyectos productivos con responsabilidad social
  1. Reconocimiento de la conciencia, el derecho y la responsabilidad del desarrollo de las personas como individuos y como integrantes de una comunidad.
  1. Apoyo a procesos de emprendimiento sostenibles desde las perspectivas social, económica, cultural, ambiental, regional y local. De igual forma, para fomentar la cultura del emprendimiento es preciso que se inicie un proceso desde los primeros años de vida de las personas. Este proceso debe contemplar estrategias encaminadas a llevar a la persona al convencimiento de que mediante la creación de proyectos productivos se puede a llegar a triunfar tanto personal como económicamente. Lamentablemente, nuestro sistema educativo se ha enfocado a formar empleados y asalariados mas no empresarios. Y no solo el sistema educativo: también la misma estructura familiar y social llevan a las personas a ser empleados y no emprendedores

Un emprendedor requiere de diferentes herramientas, así como habilidades y cualidades para poder mantener su nuevo negocio a flote, y más allá de eso, que su negocio se vuelva exitoso.

Una de estas cualidades es el liderazgo, tan importante debido a la capacidad de transmitir confianza, honestidad, y sobre todo la capacidad de dirigir un grupo de personas de manera que se sientan motivados y puedan cumplir con los objetivos planteados.

Para lograr esto necesitas un fuerte sentido de propósito y motivación, y tanto tú como tu equipo necesitan el compromiso y la agilidad para responder rápidamente a los constantes cambios de la industria.